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A propósito del último show de la “Fiesta de la Luz”, que consistió principalmente en la proyección de imágenes y fotografías multicolores sobre los alzados de algunos monumentos arquitectónicos del Centro Histórico, compartimos, en la sección «obras»,  un ensayo analítico de los trazados geométricos de la fachada de la Iglesia de San Francisco. Acompaña al análisis un diálogo que el autor -Alejandro Ramos-  imagina entre el proyectista y el constructor.

El Municipio de Quito, a través de la Secretaría Metropolitana de Cultura, hace una convocatoria, cada año, para que “artistas, gestores culturales, empresas públicas y privadas, presenten propuestas de Mapping, esculturas, objetos e instalaciones de luz innovadoras y de calidad”, para ser parte de la ‘Fiesta de la Luz’.

El Municipio olvida mencionar a los arquitectos. ¿Por qué  razón habríamos de participar en una futura ocasión?

Por estas dos bellísimas e irrefutables razones halladas en la fachada de San Francisco, por ejemplo:

La razón uno a uno (1:1) y la razón tres a cuatro (3:4)

¿Dejaría de ser una “fiesta” si, además de complacer a los sentidos, se satisface a la inteligencia?

 

TRAZADOS FRANCISCANOS

 Por Arq. Alejandro Ramos

 “Fedro:           Fui yo amigo de quien levantara aquel templo. Era de Megara y se llamaba Eupalinos. Gustoso me hablaba de su arte, y de cuánto cuidado y conocimiento requiere; hacíame comprender todo lo que yo, al acompañarle, veía en la obra. Pero veía allí sobre todo su espíritu pasmoso. Reconocía en él la potencia de Orfeo. Auguraba él su porvenir monumental a los acervos informes de piedras y de vigas que yacían en derredor nuestro; aquellos materiales, al son de su palabra, parecían ofrendados al lugar único a que les habrían asignado los destinos favorables a la diosa. No quedaba en las tales la menor huella de sus arduas meditaciones de la noche. NO LES DABA MÁS QUE ÓRDENES Y NÚMEROS.

Sócrates:         Es el propio estilo de Dios1.”

Paul Valéry

 

No existe certeza histórica acerca del autor (o autores) de la fachada de la Iglesia de San Francisco en Quito. Se dice que posiblemente fueron Fray Jodoco Ricke, y otros frailes flamencos que le asistieron en la labor de la Orden Franciscana en tierras quiteñas, quienes realizaron su diseño. Existen, sin embargo, suficientes pruebas para creer que el anónimo arquitecto se basó en Los siete libros de la arquitectura de Sebastiano Serlio, tratado que se publicó un año después de que los franciscanos llegaran a Quito.

Ciertos elementos que conforman el conjunto arquitectónico del convento, como la grada circular que accede de la plaza al atrio (diseñada originalmente por Bramante) o los dinteles utilizados en las aperturas de la fachada y en las puertas de ingreso al claustro, están dibujados de manera exacta en el libro de Serlio.

Recientemente, se halló un documento que relata el diálogo entre el anónimo arquitecto y el, también anónimo, maestro mayor (quizás, el mismo Cantuña). No existe en él prueba que afirme o desmienta la posible relación entre el diseño y el tratado de Serlio. Lo que se describe en este diálogo, son las directrices según las cuales el arquitecto diseñó la fachada. Durante este, el arquitecto explica al maestro cómo, a través de la geometría creadora del Demiurgo, habrán de generar armonía con las piedras desordenadas del Pichincha.

Arquitecto: ¿Está listo maestro?

Maestro: Sí, arquitecto. Tengo listas mi piola y mi escuadra, mi compás y mi plomada.

A: ¡Perfecto! No necesitará más. Póngame atención; le voy a explicar cómo diseñé la fachada de la Iglesia, para que la pueda construir.

Empecé con un cuadrado de lado L…

M: Disculpe, arquitecto.

A: ¿Si?

M: ¿Me va a hablar de geometría?

A: Sí.

M: ¿Y de trazados reguladores?

A: Sí.

M: Pero, ¿no es eso ya muy viejo?

A:….

Le decía que empecé con un cuadrado de lado L (fig.1). A este lo dividí en la mitad y en la cuarta parte, resultando cuatro cuadrados de lado L/2 (fig.2). La fachada del claustro llega a esa altura: la mitad del cuadrado.

M: Perfecto.

A: Pon atención: Después de dividir el cuadrado en 4, dibujé en su parte inferior dos rectángulos de proporciones 3 a 4, teniendo el lado más largo la dimensión de L/2

(fig.3). Esos rectángulos conforman el primer registro de la fachada de piedra.

De la intersección de la línea del primer registro con la línea de la mitad vertical del cuadrado, dibujé con mi compás un círculo de radio 3L/8 (fig. 4).

M: ¿No es esa la misma dimensión del lado corto del rectángulo de proporciones 3 a 4?

A: Exactamente. Dibujé, pues, este círculo y en los puntos en que corta la mitad horizontal del cuadrado, dibujé con mi escuadra dos líneas verticales paralelas de dimensión L (fig. 5). Dos líneas paralelas, recuérdalo. Estas líneas sirven como eje para ordenar las aperturas que lleva la fachada.

Ahora sí, necesito que me pongas atención. Tomé mi escuadra y dibujé dos ángulos rectos que pasan por el centro del cuadrado original y sus esquinas inferiores: izquierda y derecha (fig.6). Tomé mi compás, puse su centro en el vértice del ángulo recto y lo abrí hasta topar el lado vertical del cuadrado original. Hice, así, dos círculos: uno a cada lado (fig.7). ¿Me sigues?

M: Sí, claro…

A: Estos tres círculos son los que permiten generar todos los arcos que están en la fachada. Dibujé una recta que cruza los puntos en donde se cortan; hasta ahí llegan los arcos.

Casi me olvidaba, el ingreso se define con un cuadrado de lado 3L/8 (sí, la misma dimensión de los primeros rectángulos y del radio del primer círculo) que se ubica en la mitad de la parte inferior del cuadrado (fig.8).

¿Recuerda los ángulos rectos que dibujé hace poco?

M: Sí.

A: Lo dibujé de nuevo, pero esta vez con su vértice en el centro del cuadrado original

(fig. 9). ¿Ve que corta las dos líneas paralelas? Esa será la altura a la que llegan las molduras mudéjares de la fachada.

M: ¿Eso es todo, arquitecto?

A: Sí. Sencillo, ¿no?

M: ¡Pero no me ha dado ninguna dimensión!

A: Te las di todas, con L basta.

M: ¿Y las torres, arquitecto?

A:…

1 VALÉRY, P. (1958) Eupalinos o el Arquitecto. Editorial Losada. Pág. 60

 

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Nota: Las opiniones vertidas en las entradas de esta bitácora son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan, necesariamente, el sentir del Colegio de Arquitectos de Pichincha.