Queremos hacer de la arquitectura un oficio para la vida

Arquitectura Moderna con Ovidio Wappenstein y Ramiro Jácome

A mayor distancia mejora la comprensión del objeto, a mayor distancia se observan mejor los acontecimientos y la historia. 

El pasado sábado tuvimos la oportunidad de visitar tres edificios emblemáticos de la historia de la arquitectura de Quito, con una particular suerte, Ovidio Wappenstein junto con su esposa, Betty Wappenstein, y Ramiro Jácome, nos acompañaron en el recorrido.

Han pasado 50 años desde el inicio de su construcción y 40 años desde su culminación y los edificios Hotel Colón, COFIEC y SENPLADES, constituyen un hito y referente de la arquitectura moderna de la ciudad.

Eran la década de los 70s, el país vivía el boom petrolero en tiempos de agitación política y dictadura militar, la modernidad llegaba al Ecuador de manos de quienes habían vivido experiencias en el extranjero, que, en el caso de Ovidio, con su visión fresca traída desde Europa permitió desarrollar una arquitectura que dialoga con su entorno y hace énfasis en el espacio público, que explora el uso del hormigón visto y da continuidad al movimiento moderno en Quito.

La narración de los autores al andar por los edificios nos permitió entender el pensamiento y la técnica con que se levantaron las torres. Sin predecesores en el país en este tipo de edificaciones, se realizaron cálculos estructurales, de ventilación y de técnica constructiva de altísima rigurosidad para el que sigue siendo, en el caso del SENPLADES, el edificio más alto de Quito.

La plástica de los volúmenes, la generosidad con el espacio público, la certeza de incorporar el arte mural y escultórico al edificio, la simplificación de conceptos estructurales y espaciales, son el lenguaje implícito del noble oficio Ovidio Wappenstein y Ramiro Jácome. Personajes que, en este encuentro, compartieron generosamente una parte de su experiencia como arquitectos a los pies de tres edificios iconos de la ciudad.

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