OPINIÓN DEL CANDIDATO

Es una excelente herramienta, siempre y cuando esté actualizado; y, que incorpore información adecuada.  Normalmente los catastros tienen información de propietarios, tamaño, valor y otros elementos de información pública.  Digamos elementos físicos, económicos y jurídicos.  Lo que fuese importante es que también tengan información de proximidad a servicios públicos, infraestructura y transporte.  Esta información es clave para poder generar políticas públicas, diseño urbano y mejor ubicación de fondos públicos.  Es muy importante que el catastro se actualice, creando sistemas y métodos para mantenerlo actualizado.

¿Está de acuerdo con las políticas y estrategias de densificacion de la ciudad y las herramientas de captura de plusvalía? ¿Cuáles son los aportes de estas herramientas y, de ser el caso, como las mejoraría?

Tenemos que ser conscientes que el desarrollo y crecimiento acelerado y desagregado trae problemas medio ambientales, sociales, económicos y de habitabilidad.  Fuera, al mismo tiempo, iluso el pensar que la ciudad no tendrá más crecimiento poblacional o desarrollo urbano, así este sea “prohibido” por política de conservación ecológica.  Por esta razón una herramienta de densificación es una solución muy factible.  Lo importante es generar políticas de incentivos y bonos en relación a proximidad a los centros urbanos donde ya existen servicios e infraestructura pública.  De esta manera todo proyecto de beneficio público tendrá un impacto mayor y un costo por ciudadano menor. Es también muy importante el asegurar que haya estándares de diseño urbano que incentive desarrollos compatibles con la escala humana.  Estas estrategias, al ser bien utilizadas y administradas, quitarán el estigma que densidad es solamente igual a altura.  Esta es la razón que en muchas ciudades del mundo se ha perdido los elementos urbanos de mediana escala, y esto da paso a la reducción o desaparición de ofertas de vivienda y trabajo asequibles a una mayor variedad de capacidades económicas.

Ahora todo esto aplicado a las políticas de plusvalía.  Toda inversión pública tiene un costo de diseño, implementación y mantenimiento.  Con ciertas variantes dependiendo de la ubicación.  De esta manera es lógico el pensar que obras en zonas de mayor densidad serán amortizadas por un mayor número de personas y propiedades, y los pagos de impuestos prediales cubren esos costos más rápidamente que en zonas de baja densidad.  Esto no limita que se necesite obras en toda área de la ciudad, pero el costo de plusvalía se debe aplicar en zonas de baja densidad, y con una reducción porcentual mientras más alta sea la densidad.  Las zonas de mayor densidad tendrían 0 de costo de plusvalía, y la zona más baja el mayor costo.  Con la excepción de proyectos con enfoque de bajos recursos, los cuales contarán con otros tipos de incentivos.

Digamos como ejemplo que el municipio auspicia estudios para solucionar hundimientos en edificaciones con el Colegio de Ingenieros.  Estos generan varios tipos de cimientos para diferentes tipos de edificación y tipos de suelo.  Esto se puede empatar luego con la pregunta del catastro y aumentarle más información como tipos de suelo y tipos de edificación de cada propiedad.  Con estos estudios y esa información el ciudadano puede entrar y buscar su propiedad (o le dan buscando en algún tipo de servicio al cliente en el municipio) y este servicio le dice: para su propiedad puede usar estas opciones A, B, etc.  Cada opción puede ser bajada o impresa con dibujos, materiales, y pasos de construcción.

Luego el municipio puede “ayudar” con revisiones o inclusive la visita de alguno ingeniero (estudiante puede ser) que validará esas soluciones para la edificación específica.

Patricio Guayaquil Cortez